la pelotuda se viste demasiado

no hay cuentos, no hay metáforas, no hay nada de nada en sus estériles fotos. solo encuadres desencuadrados de una parva de giladas que la niña considero "cosas copadas".

qué clase de compás discapacitado la guía para olfatear vitrinas empolvadas de hastío? quién sabe.

la pelotuda se la pasa queriendo ser algo a través de la lente de una canon agotada de retener momentos inútiles.

pobre canon.

en fin. es el producto de la serialización de photoshooters (ergo, monitos con dedo índice y cámara reflex que resuelve todos los problema de un usuario vulnerable que poco sabe [y poco quiere y necesita y pretende y tiene ganas de conocer acerca] de esa gilada que alguien anecdóticamente nombró obturador/diafragma/ytodoeso) que invaden, gracias a dios, mis aburridas noches porteñas.